Jardines verticales, el nuevo paisajismo urbano
Segundo día de agosto y vamos a por la segunda entrada de esta recopilación del verano. La de hoy, Jardines verticales, el nuevo paisajismo urbano. Esta me gusta especialmente porque habla de los nuevos estilos de jardines situados en los edificios, que ofrecen una alternativa verde y mejoran la calidad de la ciudad.
Jardines verticales, el nuevo paisajismo urbano
Según informes de la OMS cada habitante necesita entre 10 y 15 m2 de espacios verdes que se distribuye en relación a la densidad de la edificación. Son este tipo de estudios los que han impulsado la proliferación de la arquitectura autosostenible.
El jardín vertical es “una instalación vertical cubierta de plantas de diversas especies que son cultivadas en una estructura especial dando la apariencia de ser un jardín pero en vertical“, que fue inventado por el botánico Patrick Blanc.
Los jardines verticales surgen como instrumento para maximizar un espacio determinado o aprovechar un espacio que no está siendo utilizado, transformándolo en un espacio creativo y estimulante para los sentidos.
Cada vez son más los países y profesionales que se interesan por la construcción de jardines verticales por su alternativa verde y por sus ventajas. Aportan innumerables beneficios medioambientales, descongestionando la excesiva polución que soportan las grandes urbes.
Beneficios del jardín vertical
Permite la reducción del efecto de isla de calor en grandes núcleos urbanos.
Puede reducir hasta cinco grados la temperatura interior de un edificio en verano y, en invierno, puede mantener la temperatura, lo que supone un ahorro energético considerable.
Es capaz de retener gran parte del agua de lluvia, por lo que reduce el riesgo de inundaciones.
Recupera espacios urbanos que no están siendo utilizados.
Gracias al uso de circuitos cerrados tienen un bajo consumo de agua.
Los jardines naturales no atraen ni permiten la proliferación de insectos y bacterias porque aportan un repelente biológico.
Son beneficiosos para la salud.
Un metro cuadrado de cobertura vegetal produce el oxígeno que necesita una persona durante un año.
Un metro cuadrado de cobertura vegetal atrapa 130 gramos de polvo en un año.
Sirve como aislante acústico. Puede llegar a reducir hasta 10 decibelios la contaminación acústica.
Mejora el rendimiento de las personas reduciendo el malestar.
Es capaz de filtrar gases nocivos y atrapar y procesar metales pesados que se encuentran en el aire.